A partir de este momento, si tu bebé decide nacer, ya no será considerado prematuro. Puedes notar contracciones incluso expulsar el tapón mucoso, pero aún así pueden quedar días para que comience el parto.
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¿Qué está ocurriendo en tu cuerpo en la semana 37 de embarazo?
Estás en la recta final, tu útero ha crecido mucho y ha desplazado a todos los órganos abdominales por lo que es normal que estés incómoda en cualquier postura. La piel también se ha estirado mucho lo que suele producir picor.
Si has tenido contracciones, es posible que haya que hacerte un tacto vaginal para valorar el cuello del útero. Antes de comenzar el parto es necesario que el cuello del útero se modifique, es decir, que se ablande, se acorte, se centre y se comience a dilatarse o abrirse. Hasta que eso no se produzca no comenzará el parto, aunque tengas contracciones.
En ese proceso se puede aunque no es necesario expulsar el tapón mucoso, algo que se considera normal a estas alturas de embarazo y que por sí solo no indica que estés de parto ni tengas que ir a urgencias, ya que todavía pueden quedar días para que comience el parto.
¿Cómo está creciendo y desarrollándose tu bebé en la semana 37 de embarazo?
Mide 48 cm de la cabeza a los pies y pesa unos 2900 gramos. A partir de esta semana ya no se considera prematuro y sus pulmones están listos para respirar. Tu bebé sigue acumulando grasa bajo su piel que le ayudará a mantener la temperatura corporal cuando nazca y ya casi no le queda nada de lanugo. Notarás sus movimientos más fuertes, pero también habrá momentos en que no le notes ya que tiene bien diferenciados los periodos de sueño y vigilia.
Mis consejos en la semana 37 de embarazo
Aunque la sensación de dolor es diferente en cada mujer y depende de varios factores, el trabajo de parto es un proceso doloroso. Hay diferentes medios para aliviar ese dolor. Uno de los métodos más utilizados, consiste en practicar una respiración abdominal y profunda de forma controlada mientras dura la contracción. El resultado es que aumenta el flujo de oxígeno que llega a tu cuerpo y al tu bebé, te ayuda a relajar los músculos y te distrae del dolor. Entre contracción y contracción la respiración es normal. La técnica de la respiración se aprende en los cursos de preparación al parto, y aunque es sencilla, mi consejo es que la practiques en casa a diario durante diez minutos para que el día del parto te salga de manera automática.